Octubre 2018 | Visiones Trujillo
El comité Visiones de la Cámara presentó por primera vez en Trujillo el foro “Compliance: ¿solo norma y estándares?” el 08 de octubre en el Hotel Costa del Sol. Con panelistas como Antoni Bosch, Responsable del área de Gobierno Corporativo y Compliance de ONTIER Perú; Federico Tenorio, Director General de CEDEPAS Norte; entre otros, se abordó las limitaciones institucionales debido al incumplimiento que se han consolidado en el país y que se expresa en la informalidad, antes valorada como emprendimiento.
¿Qué podemos reflexionar sobre este tema?
Alberto Almendres dixit: “Decía Tito Livio, historiador romano, que en un país libre, es más poderoso el Imperio de la ley que el de los hombres. Hemos escuchado cómo hablamos de “in-cumplimiento” y de informalidad como una práctica habitual en la sociedad peruana, que siempre termina justificándose con un lacónico: “ser ciudadano formal es muy caro y yo no tengo plata”. ”Las ventajas de la informalidad superan con creces a la formalidad”- este parece ser el consenso de miles de peruanos, que deciden no ceder ante las reglamentaciones del país, pues no encuentran beneficios en ser legales.
Cuando vemos que solo 1 de cada 4 microempresarios deciden dar pasos a la formalidad, aunque fueran gratuitos sus gastos de inscripción, vemos que la economía peruana tiene un problema importante. En el último estudio del GEM (Global Entreperneurship Monitor) se señala al Perú entre los países con mayor espíritu de emprendimiento, superando a los países OCDE; Perú ocupa la posición 4 en el ranking superado por Arabia Saudí, Líbano e Indonesia.
Si a un informal se le denomina emprendedor, estamos distorsionando el concepto de empresa y de emprendimiento verdadero: innovar, crear y emprender bajo las reglas de la sociedad democrática es otra cosa. A esto, sumémosle el comportamiento del consumidor que, en una economía desacelerada como la que tenemos hoy, siempre va a preferir comprar más barato. Si los empresarios formales le recargan todos los costos que obliga la ley a sus productos y otros optan por no hacerlo, el cliente elegirá siempre el de menor valor, por tanto, no solo el empresario sino también el mismo consumidor deja la formalidad en segundo plano.
La informalidad es una de las principales barreras para que en el Perú se dé un crecimiento económico inclusivo –con beneficios para la mayor cantidad de ciudadanos y además genera un círculo vicioso que afecta a las personas con escasos recursos, pues no les ofrece capacitaciones, acceso a servicios públicos, derechos sociales y los sueldos que paga son bajos.
Los cambios sociales y económicos de las sociedades industriales han provocado un alarmante retroceso de los valores éticos: cumplimiento de la ley, honestidad, solidaridad, sentido del deber, transparencia, reconocimiento del esfuerzo leal y del trabajo bien hecho. Pitágoras, sabio griego, nos contaba en el año 500 AC que, la libertad dijo un día a la ley: “Tú me estorbas.” La ley respondió a la libertad: “Yo te guardo” Por eso debemos seguir trabajando sin descanso, con orgullo peruano, en fortalecer las instituciones, a todos los niveles, empezando por las más básicas, combatiendo la corrupción y la informalidad, buscando convertirnos en un país desarrollado con instituciones potentes, formadas por personas que quieran dejar a las próximas generaciones un país más sólido y democrático.